lunes, 3 de diciembre de 2012

"Secuestraban a los empresarios que se iban a oponer al plan de Martínez de Hoz"


Tucumán.- La etapa testimonial de la megacausa por crímenes de lesa humanidad “Arsenales II-Jefatura II” comenzó el viernes con fuertes testimonios de los testigos y uno de ellos consideró que el accionar de las fuerzas militares tenía además del objetivo militar uno económico."Ellos secuestraron a empresarios que se iban a oponer a un plan elaborado por Martínez de Hoz que terminó extranjerizando la economía y endeudando al país, y que terminó destruyendo la industria y la producción nacional", indicó Rubén Chebaia al contar lo sucedido con su padre, José Guetas Chebaia. Por su parte, el abogado querrellante Daniel Villagra, quien además participa en el juicio como uno de los casi 600 testigos, dijo que "siempre esperé que en algún momento íbamos a poder entender parte del horror que vivó Tucumán". "Por suerte vino este gobierno que está permitiendo que se lleven a cabo este tipo de juicios para buscar la verdad de lo que pasó en esa época", señaló.
"Yo fui testigo del secuestro de José Guetas Chebaia", afirmóel abogado, quien relató lo sucedido aquella noche durante la novena jornada del juicio que se desarrolló hoy. “Uno de ellos le preguntó a su hijo, que estaba en la cama (Rubén Chebaia), 

quién era pero como no contestó, le puso un arma en la cabeza". "Tiempo después lo identifiqué: es ese que está sentado ahí yse llama Roberto ‘Tuerto’ Albornoz”, señaló Villagra señalando a uno de los imputados en el juicio.
    
El abogado comentó que pusieron la denuncia y que intentaron localizarlo hasta que un sacerdote relacionado con las fuerzas de seguridad los desanimó al decirles que no lo busquen más. El ex funcionario permanece desaparecido desde entonces aunque su foto está presente en cada jornada del juicio sostenida por allegados ubicados en la primera fila de la sala.

El primer testimonio fue de Laura Figueroa, que representa a la mayor cantidad de víctimas y brindó detalles del secuestro de Celia M. (pidió resguardar su identidad), una joven estudiante de la Universidad Nacional de Tucumán que era compañera de una hermana suya. “Estaba estudiando en mi casa una madrugada cuando la llamó su mamá para que fuera urgente a su casa”, inició Figueroa sobre lo ocurrido en octubre del 76. Contó que la llevó en su auto y que al llegar un hombre extraño
les abrió la puerta, las encerraron en una sala y se la llevaron.

Recordó tambien que los familiares de Celia hicieron gestiones y que fue liberada recién a las dos semanas, tras pasar por el Arsenal.pasar por el infierno ya no son los mismos”, dijo angustiada. El juicio pasó a cuarto intermedio hasta el próximo jueves cuando se realice la décima jornada.


Fuente: Telam

Diario @JCiviles